Adicciones literarias

Escribe Cocteau: 

Ciertos organismos nacen para convertirse en presa de las drogas… el mundo es un fantasma hasta que una sustancia le da cuerpo.

Hay una niebla antigua, una espesura que parece tejida con los fantasmas de otros tiempos. Escritores que buscaron en sustancias la salvación, un alivio, la inspiración.  El  escritor como un cazador de sombras sale a la caza de algo especial, algo que rompa la rutina, algo que le conecte con lo divino o con lo prohibido. En ese afán, las drogas, el alcohol, el opio, la cocaína, el tabaco se vuelven armas y a la vez refugios, caminos hacia lo extraordinario. Nombres ilustres emprendieron ese vuelo existencial convencidos de que el vértigo, el exceso, la embriaguez abrirían puertas interiores. Más allá de la euforia creativa, les aguardaba la alienación, la adicción, quizá el abismo. Menos directamente, el tema de Fausto es la advertencia de que existen cosas que el hombre no puede comprender. Ello implica la existencia de una provincia contextual donde tales cosas residen legítimamente. Enamorados del romanticismo del bohemio atormentado, testigo lúcido de un sufrimiento real, de un error disfrazado de revelación. Cada uno sabía que lo que puede empezar como un acto voluntario termina muchas veces en una enfermedad, en una prisión del cuerpo y del alma. El matrimonio entre escritores y drogas, como todo matrimonio, tienes sus pros y su contras. Aceptada tácitamente como parte del mito creativo, toda adicción, toda elección, es una decisión voluntaria y gloriosa, que puede acabar en engaño cruel, en locura, en caída en el abismo. 

También la sobriedad. 

Leer Las adicciones en la literatura es un acto morboso, un acto de memoria selectiva literaria, una crónica sesgada de pérdidas, un ajuste de cuentas con lo que muchas veces se he querido romantizar: la fragilidad del poeta, la caída del genio, el grito silencioso de aquellos que creyeron hallar en las drogas un atajo hacia la eternidad. Pero este  inventario de pérdidas ha dejado sin contabilizar las ganancias.