La Cuenta de Conocimiento Acumulativo
Casi no podía creer lo que acababa de escuchar. Aquel hombrecillo no sabía que el progreso científico a menudo se ha entendido como la acumulación de conocimiento, donde cada nueva teoría nos acerca más a la verdad. Sin embargo, muchas teorías científicas no son completamente verdaderas, sino solo aproximadamente verdaderas en diversos grados.
Alexander Bird, le recuerdo, defiende que el progreso científico consiste en la acumulación de conocimiento, incluso cuando las teorías no son completamente verdaderas. Aunque la mecánica newtoniana no es completamente verdadera, le digo, es aproximadamente verdadera para objetos a velocidades bajas en comparación con la velocidad de la luz. Esta proposición metateórica, al ser plenamente verdadera, permite que el progreso científico se entienda como un aumento en el conocimiento. El problema del desajuste epistémico surge al analizar cómo se genera y justifica este conocimiento metateórico. Supongamos que un científico en el siglo XVII afirma que la teoría de Newton es aproximadamente verdadera en un 90%. Para que esto constituya conocimiento, el científico debe tener una justificación que garantice que el grado de aproximación (90%) es exactamente correcto. Pero, históricamente, los científicos no tienen acceso a un estándar absoluto de verdad que les permita medir con precisión el grado de aproximación de una teoría. En el caso de Newton, solo después de Einstein se comprendió dónde y cómo fallaba su teoría. Esto sugiere que las proposiciones metateóricas de Bird son, en la práctica, tan falibles como las teorías que describen, lo que contradice la idea de que son "plenamente verdaderas".
Me mira ojiplático, pero desde el relativismo contextualista, este problema se agrava. La verdad de una proposición metateórica depende del nivel de conciencia desde el que se evalúa. En el nivel racional-analítico, donde opera la ciencia, las proposiciones sobre el grado de aproximación de una teoría son conjeturas basadas en evidencia disponible, no verdades absolutas. En otros niveles, como el cultural-narrativo, la "verdad" de una teoría podría valorarse por su utilidad social o su coherencia con las creencias de la época, no por su precisión objetiva. La fluctuación entre niveles de conciencia (sensorial-pragmático, cultural-narrativo, racional-analítico y transpersonal-místico) implica que el conocimiento metateórico no puede ser universalmente "plenamente verdadero", sino que es contextual y provisional.
Los defensores, le insisto, de la Cuenta de Conocimiento Acumulativo podrían intentar responder al problema del desajuste epistémico de varias maneras, pero cada estrategia enfrenta dificultades significativas. Una posible respuesta es que existe un estándar objetivo para medir el grado de aproximación de una teoría, incluso si los científicos históricos no lo conocían. Por ejemplo, podríamos usar teorías modernas (como la relatividad) para evaluar retrospectivamente la precisión de teorías pasadas (como la de Newton). Sin embargo, esto introduce un problema de circularidad: las teorías modernas también son aproximadamente verdaderas y están sujetas a revisión futura.
Otra estrategia, continúo, es relajar la definición de conocimiento, permitiendo que las proposiciones meta-teóricas sean "aproximadamente conocidas" en lugar de plenamente verdaderas. Por ejemplo, podríamos decir que sabemos que "la teoría T es aproximadamente verdadera en un grado cercano a X". Pero esto socava el núcleo de la Cuenta de Bird, que depende de que el conocimiento sea plenamente verdadero para distinguir el progreso científico de la mera acumulación de creencias útiles. Si las proposiciones metateóricas también son falibles, la distinción entre conocimiento y conjetura se desvanece.
Una tercera estrategia, le digo finalmente, es redefinir el progreso como un aumento relativo en la precisión de las teorías, sin necesidad de que las proposiciones metateóricas sean plenamente verdaderas. Por ejemplo, podríamos decir que la relatividad es "más aproximadamente verdadera" que la mecánica newtoniana, sin precisar grados exactos. Sin embargo, esta respuesta abandona la idea de acumulación de conocimiento en el sentido estricto, ya que no garantiza que se esté acumulando conocimiento verdadero, sino solo mejores aproximaciones. Esto contradice el objetivo original de Bird de vincular el progreso científico con el conocimiento acumulado.
Desde el relativismo contextualista, caballero, el problema del desajuste epistémico no es un obstáculo, sino una confirmación de la naturaleza contextual del conocimiento. El progreso científico no consiste en la acumulación de verdades absolutas, sino en la mejora de las verdades dentro de un nivel de conciencia específico. Las teorías científicas son herramientas que funcionan dentro de un contexto dado, y su "verdad aproximada" tiene sentido solo dentro de ese marco. La mecánica newtoniana era "verdadera" en el contexto de su tiempo (siglos XVII-XIX), dentro de un nivel racional-analítico limitado por las observaciones y tecnologías disponibles. La llegada de la relatividad no refutó a Newton en un sentido absoluto, sino que redefinió el contexto en el que evaluamos las teorías físicas. Al fluctuar entre niveles de conciencia, los científicos también ajustan sus criterios de verdad: una teoría puede ser pragmáticamente útil (nivel sensorial-pragmático), culturalmente aceptada (nivel cultural-narrativo), o analíticamente precisa (nivel racional-analítico), pero ninguna de estas verdades es absoluta ni acumulativa en el sentido de Bird.
Desde el relativismo contextualista, voy concluyendo, el progreso científico debe entenderse como un proceso dinámico y plural, no como una acumulación lineal de verdades. Las teorías aproximadamente verdaderas son valiosas dentro de sus contextos y niveles de conciencia, pero no constituyen un conocimiento absoluto que se acumule. En este sentido, el progreso científico es más bien un "espejo cambiante" que refleja las verdades de cada época y estado de conciencia, en lugar de una escalera hacia una verdad última.