El sabio
Este es el fin de nuestros estudios, este es el premio de tantas y tan vanas fatigas, vigilias perpetuas, trabajos, cuidados, soledad, privación de todo género de deleites, vida semejante a la muerte, viviendo con los muertos, hablando y pensando con ellos, absteniéndome del trato de los vivos, abandonando la solicitud de los negocios propios, ejercitando el espíritu y matando el cuerpo, de donde le vienen al sabio innumerables enfermedades, muchas veces el delirio y, en breve tiempo, la muerte.
Francisco Sánchez, Que nada se sabe.