El señuelo es lo importante

 



—Para asegurar la convivencia, Yoli, no hay que respetar la legalidad, pues en tal caso la legalidad resulta verdaderamente molesta. Hay que hacer desaparecer la legalidad si los diputados que van a votar a favor de nuestra investidura nos lo piden. No es un chantaje, es una negociación en la que ganan las dos partes que negocian.

—Teniendo en cuenta que los que pierden y pagan la cuenta son la gran mayoría de votantes españoles, ¿qué hay de malo en vender lo que no es nuestro?

—Nada, la corrupción es cuando el PP se apropia ilegítimamente de lo público. Nosotros solo vendemos lo que es de todos, nos quedamos con la ganancia y el poder, pero convencemos previamente a los españoles de izquierda de las bondades de defender y garantizar la convivencia.

—Por eso han asimilado tan fácilmente que lo de los autoindultos y lo de la sedición forma parte de la negociación política. Lo de la amnistía está ya asumido en aras de la pacificación social.

—Y retorcer la Constitución es tan sencillo como pedírselo al Tribunal Constitucional. Ellos son muy sabios en argumentarios jurídicos.

—¿Qué hay de malo, hijo?

—Que dicen los del Washington Post que España está en manos de una minoría ridícula de separatistas. No saben que todo su poder depende de que nosotros...

—Los americanos no se enteran de nada.

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