El opio de los intelectuales, de Raymond Aron

 


Los intelectuales que defendían un gobierno racional de la complejidad ingobernable admiraban los bellos objetivos comunistas, pero no advirtieron las realidades sombrías, los campos de trabajo, las purgas, las hambrunas, la esclavitud. La Unión Soviética representaba una noble posibilidad. Hay excusas que no justifican, solo repugnan. A eso le llamaban  "mancharse las manos" lo que recuerda "al polvo del camino" de Conde-Pumpido. Utilitarismo maquiavélico. Los comunistas suelen ser implacables con los fallos del liberalismo, pero sin embargo, toleran los peores crímenes si se cometen en nombre de su doctrina. Y si pueden, viven en países capitalistas. Sartre adoptó el sofisma "los desfavorecidos son la verdad", pero se olvidó de los desfavorecidos de la URSS.

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