Mentalidad abierta y liberalismo
La mentalidad abierta es una actitud que se caracteriza por la aceptación de nuevas ideas y la disposición a cambiar nuestras creencias en función de nuevos conocimientos, contextos, argumentos o situaciones. El falibilismo epistemológico es la intuición de que todos nuestros conocimientos y creencias son provisionales y pueden ser falsados o desechados si se presentan pruebas o argumentos suficientes en contra. El contingentismo ontológico, por su parte, se refiere a la idea de que la realidad depende de circunstancias específicas, en lugar de ser necesaria o absoluta.
La mentalidad abierta, junto con el falibilismo epistemológico y el contingentismo ontológico, son virtudes centrales. El liberalismo político se basa en la creencia en la libertad individual y en el derecho de las personas a tener sus propias concepciones del bien y actuar de acuerdo con ellas, siempre y cuando no dañen a los demás. Para preservar esta libertad, es necesario que las personas estén dispuestas a cuestionar sus propias creencias y a considerar la posibilidad de que puedan estar equivocadas, en lugar de aferrarse a ellas de manera dogmática. Además, el liberalismo político también implica el respeto por la diversidad y la tolerancia hacia las diferencias de opinión, lo que requiere aceptar que no hay una única verdad absoluta y que la realidad puede ser interpretada de diferentes maneras. Por tanto, la mentalidad abierta, el falibilismo epistemológico y el contingentismo ontológico son valores clave para el orden político liberal.
La tolerancia es una cualidad importante en la sociedad ya que permite a las personas convivir de manera pacífica a pesar de sus diferencias. Sin embargo, como bien nos dijo Popper, es importante tener en cuenta que la tolerancia no significa aceptar comportamientos inapropiados o actitudes que puedan dañar a otras personas. En esos casos, es necesario ser firme y no permitir que se sigan comportamientos inaceptables. En resumen, ser tolerante con aquellos que son tolerantes y actuar de manera firme en contra de quienes no lo son.