Sigue la decadencia de Cataluña

No hay problemas lingüísticos en Cataluña y tampoco hay homosexuales en Irán, me dice uno.  A ver quién levanta la mano. Cuando una familia tiene que "sacrificar" a un niño de cinco años y convertirse en héroes involuntarios de la libertad es que no hay moralidad ni estado de derecho allí, solo fanatismo totalitario. Así les va. Recuerdo La espiral de silencio, de Elisabeth Noelle-Neumann, un libro de 1977, en el que denuncia cómo la presión social represiva pueden condenar a las minorías al aislamiento y al silencio por puro miedo a reclamar sus derechos individuales.





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