Fourier
Cuenta G. D. H. Cole en su Historia del pensamiento socialista que una de las labores cotidianas de Fourier era intentar convencer a los capitalistas de las bondades y belleza de su sistema de falansterios, y mostrarles el genuino goce de la vida así planteada. Para ello, ideó un método que consistía en invitarles a comer a un restaurante. Durante años, tuvo siempre lista una mesa para dos, dejando siempre un cubierto preparado para la persona invitada, pero siempre comió solo, nadie fue.