Democracia por sorteo
Sería mucho más representativo un Parlamento o un Senado elegido por sorteo, dadas las infalibles leyes estadísticas. Se evitarían así muchos de los vicios democráticos tales como los políticos profesionales, los elevados gastos electorales, el abuso de la propaganda y la demagogia o el estar siempre en campaña electoral donde se priorizan el clientelismo y el corto plazo. El parlamento legislaría, elegiría y controlaría a un ejecutivo de expertos funcionarios tecnócratas.
En ¿Es posible la democracia? La alternativa a la política electoral (1985) se estudia la idea de una democracia estocástica (estococracia). Una idea que no es original de este libro de John Burnheim, pues de la demarquía, que se remonta a la antigua Grecia, ya habían hablado Hayek en Ley, legislación y libertad, Rousseau o Montesquieu:
En ¿Es posible la democracia? La alternativa a la política electoral (1985) se estudia la idea de una democracia estocástica (estococracia). Una idea que no es original de este libro de John Burnheim, pues de la demarquía, que se remonta a la antigua Grecia, ya habían hablado Hayek en Ley, legislación y libertad, Rousseau o Montesquieu:
el sufragio por sorteo es de naturaleza democrática, mientras que el hecho por elección es aristocráticoSe conseguiría una representatividad perfecta de la sociedad, evitando la partitocracia, los privilegios y abusos de la clase política, de los grupos de presión, la demagogia, la manipulación de los medios de desinformación y toda la basura táctica cortoplacista que alimenta y mueve a una masa líquida de marionetas desinformadas e irresponsables. Coetzee:
La elección de nuestros gobernantes con el voto popular no ha conseguido un auténtico gobierno democráticoEn Contra las elecciones (2017), de David Van Reybrouck, se abunda en esta idea de evitar las campañas electorales infinitas. La mayoría desprecia a los elegidos pero idolatra las elecciones. La representación por sorteo puede sonar extraña en la actualidad puesto que la ciudadanía asocia el concepto de democracia con la celebración de elecciones, pero ya en la Atenas de los siglos V y IV a. C. existían instituciones legislativas, ejecutivas y judiciales que estaban total o parcialmente formadas por ciudadanos escogidos por sorteo. De esa tradición se han heredado los jurados populares aunque, lamentablemente, los poderes ejecutivo y legislativo han quedado en manos de los representantes propuestos por los partidos políticos y apoyados en las urnas. Karen Armstrong:
lejos de proteger nuestras libertades, las elecciones son en realidad un obstáculo para la democraciaInspirada por las fórmulas de elección atenienses, en marzo de 2015 se creó la Sortition Foundation en el Reino Unido, con el objetivo de hacer pedagogía sobre este concepto e impulsar proyectos que demuestren su eficiencia.