Platón y la imitación

No sé si el arte debe reproducir la realidad; en todo caso, me interesaría que reprodujera una realidad interior. Gombrowicz aseguraba que sin literatura nadie sabría cómo es la realidad privada del hombre. Seguramente no es el camino hacia la verdad. La imaginación podría ser más sabia que la mera imitación, al representar cosas nunca vistas, o mejor, vistas a través de la anamnesis. Si el arte consistiera en imitar, que intente al menos imitar el mundo trascendente, perfecto, bello e invisible, o simplemente sus huellas, como una especie de versión religiosa de la imitación. Siempre podrá expresarse la imitación como alegoría o metáfora para los entusiastas de Hermes. Acaso la pintura pinta lo que ve, no lo que está. El arte parece más sabio que la naturaleza, aspira a algo más que a una copia pasiva. Razones educativas hacían ver a Platón que el arte no debía imitar la realidad, por el extravío que provocaba en las mentes inmaduras. Prefería un acercamiento a las formas eternas que mejoraran la realidad, iniciando un círculo virtuoso de acercamiento al Bien. La ética antes que la estética, por eso su condena parcial a la poesía.


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