Shestov y lo infundado

Shestov publicó en 1905 Apoteosis de lo infundado. Si quitamos a la realidad lo supuesto, ¿qué nos queda? A esta pregunta no responde este libro. Cómprense otro. «No podemos saber nada sobre las cuestiones últimas de nuestra existencia y nada sabremos de ellas: es cosa decidida. Pero de ello no se desprende que cada individuo esté obligado a aceptar como modus vivendi cualquier de los dogmas existentes». El asunto es que al final se terminan eligiendo unos dogmas y no otros, cosa aparentemente inexplicable. «La filosofía debe abandonar los intentos de dar con la veritas aeternae. Su tarea radica en enseñar al hombre a vivir en lo desconocido, a ese hombre que lo que más teme es lo desconocido y se esconde de él tras diferentes dogmas. En resumen: la tarea de la filosofía no es tranquilizar, sino turbar a las personas». La desesperación parece el objetivo de quienes no quieren confiar en su intuición ni en sus instintos. El que no acepta este mundo no levanta una casa en él, me sopla Michaux al oído.


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