Escribe Gregorio Luri que «Platón ha descubierto la existencia de un profundo desequilibrio entre la deficiencia de contenido presente en el aparecer del fenómeno y la información complementaria que el alma demanda para hacer posible la comprensión. Esta conciencia es el corazón del platonismo. Si la comprensión siempre dice más que la sensación, es porque hay en el alma una demanda de estabilidad -de sentido- que no se satisface con el sentido presente en el fenómeno».
La anamnesis provoca nostalgia, ese es el misterio. El arte intenta llenar ese vacío con unas gotas de placebo. La religión, con las presencias contradictorias. La ciencia, con religión. La frenética actividad, con inconsciencia. Lo trivial aparece entonces como la salvación de los egos aplastados.