Non sufficit orbis
La literatura, como cualquier forma de arte, es la confesión de que la vida no basta, me dijo Pessoa. Inquieto está nuestro corazón, Señor, hasta que descanse en ti, respondió Agustín, sin que yo le preguntara. Ya estamos arrodillados cuando el mundo nos parece insuficiente, pensé o recordé. Hace falta, con todo, cierta dosis de misticismo, o de no sé qué, para seguir hablando, escribiendo, cuando uno sabe que no se le escucha en absoluto, me dijo Gide o Vila-Matas, no lo recuerdo muy bien.