Demócrito de Abdera y el bit

HE SALIDO huyendo de casa aterrorizado por el seguimiento patético que los medios de comunicación están haciendo a casos como el de los taxistas, la manada, Cataluña o Juana Rivas.
   Mi universo es ahora un café y las máscaras flotan en él. Metafísicas que se pierden por el desagüe, infinitas conversaciones que se oyen y no se escuchan, afortunadamente, me digo, mientras saboreo mi ristretto. El yo observa el vacío y se aparta hacia territorios fronterizos, pero la tensión no disminuye (será la cafeína). Las personalidades me observan; en la frontera uno pasa por excéntrico; pero yo también genero mis propios círculos concéntricos, apenas me mueva. Floto en el centro de mi deriva, un lugar donde nunca hallé la grandeza.
   El «habría podido ser» es un huracán que arrastra, y sentir nostalgia por lo que nunca existió, un vicio. Satán es esa «posibilidad de ser» del impotente.
   El mundo está en pura dispersión. Así, mostrarme incomprendido es mi máscara: existir es ser incomprendido. La conciencia conoce la vergüenza del universo incomprendido. Yo vago y divago desde un pedestal alquilado. Ante la falta de fundamentos, mejor no pensar, me dicen. Las respuestas luego surgen como frivolidad o metáfora.
   Ahora la fauna del café se confunde con las sombras errantes. Son solo figuras que se pierden en la inmanencia. Un mapa de almas disecadas.
   Pienso esto porque las teorías son clases de modelos y no clases de enunciados verdaderos o falsos. Acaso pueden ser bellas, rigurosas, precisas o fecundas, aunque luego se vean refutadas en el videojuego. El problema no sólo está en la inducción, está en un fallo del programa.
   Desde luego, leer a Demócrito tiene estas cosas. El «filósofo que ríe», que estaba como yo obsesionado con la epistemología, con los fundamentos del conocimiento, es también el padre de la teoría atómica, que fundó junto con Leucipo: la realidad se compone de dos elementos: «lo que es», el átomo, y «lo que no es», el vacío. Lenguaje binario. Sin quererlo, Demócrito había descrito la unidad de la existencia: el bit.
 

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