Ostracismos

La indignación adolescente ya afecta incluso a personas de más de cincuenta años, y por muy auténtica que parezca esconde un pensamiento que no alcanza ni a conato. Si la política es el arte de lo posible, y si lo posible siempre es poco y se mezcla con lo desagradable, entonces, el discurso político que siempre busca simpatizantes adolescentes será eternamente demagógico. Hay quien va a votar como quien echa la carta para los Reyes Magos y luego se queja. Es la contribución de la psicología de la autoayuda al pensamientos político: yes, we can. El éxito de Podemos es proporcional al número de potenciales lectores de Paulo Coelho. Según Sexto Empírico, los nobles persas tenían la costumbre, a la muerte del rey, de estar cinco días sin que las leyes tuvieran vigencia, para así poner de relieve lo nefasto que era la anomía o falta de legalidad. Quizás nos vendría bien que, temporalmente, no solo los separatistas catalanes, atracadores y demás malhechores, pudieran saltarse las leyes impunemente. Lo peor de la democracia es su nombre, que induce a engaños y a malentendidos. No todo debe ser objeto de votación. Así por ejemplo, si se recuperara el ostracismo de Clístenes —algo muy democrático a priori—, los políticos separatistas catalanes ya habrían sido expulsados del país.