Política adolescente
Leo el diario de Papini del día 25 de mayo de 1944, cuando el escritor ya tenía sesenta y tres años, en plena Segunda Guerra Mundial:
«Antes de 1914 me lamentaba de la mediocridad de los tiempos (...) Estos últimos treinta años han acabado y hasta castigado con creces mi deseo de cambios tumultuosos. Acontecimientos que ni un loco en su delirio hubiera podido imaginar forman ahora la historia cotidiana (...) una tormenta más infernal que la dantesca. Es como si el destino hubiese querido responder a mi manía juvenil. Se diría que la irresponsable impaciencia de los jóvenes ha tenido un gran poder de evocación y de provocación».
El pensamiento adolescente que comienza a hacerse dominante en estos días de paz preludia impaciencias, desmesuras y revanchas. Ya no hace falta que aparezca el enemigo, ya lo han forjado a partir de retazos de quimeras, utopías y desvaríos.
«Antes de 1914 me lamentaba de la mediocridad de los tiempos (...) Estos últimos treinta años han acabado y hasta castigado con creces mi deseo de cambios tumultuosos. Acontecimientos que ni un loco en su delirio hubiera podido imaginar forman ahora la historia cotidiana (...) una tormenta más infernal que la dantesca. Es como si el destino hubiese querido responder a mi manía juvenil. Se diría que la irresponsable impaciencia de los jóvenes ha tenido un gran poder de evocación y de provocación».
El pensamiento adolescente que comienza a hacerse dominante en estos días de paz preludia impaciencias, desmesuras y revanchas. Ya no hace falta que aparezca el enemigo, ya lo han forjado a partir de retazos de quimeras, utopías y desvaríos.