Neblina

Paseo por la laguna en esta fresca mañana de invierno. La neblina que esconde el sol tiñe el paisaje de nostalgias nórdicas. Camino con ritmo cómodo y me detengo de vez en cuando a observar conejos y a las aves que se desperezan en el agua. Afino la vista y el oído en busca del zorro que habita por esta zona —y que solo he visto una vez— y voy pensando en mi nula ambición. Hay quien opina que para llevar a cabo grandes cosas tienes que tener un tremendo orgullo, como dice Giovanni, tienes que tener de tu parte a Satanás. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perderte: el placer de la erudición está reservado a los perdedores.

Hoy me he propuesto encontrar al zorro. Tras dos horas de búsqueda, me doy por vencido y vuelvo a casa con hambre para desayunar por segunda vez.

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