Al borde del yo




“El tiempo transcurre rápidamente, nuestras penas no se transforman en poemas, y lo invisible permanece como es. El deseo ha volado, dejando sólo un rastro de perfume tras de sí”. Strand. Al borde del yo. Cargar la vida de un deseo que ya no llena. Sin dejar huella, ni siquiera un papel emborronado. Dios ausente. Abandonando los despojos de un disfraz cuyo rostro sonriente no es el nuestro.

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