Onetti





Dorotea Muhr, viuda de Juan Carlos Onetti (1909-1994): "Era alguien muy contradictorio. Por un lado era un depresivo, podía ser agresivo cuando no quería ver a alguien. Y por otro lado tenía una dulzura y una ternura impresionantes. Estaba al margen de la vida, lo creativo era más fuerte que la realidad. Un día me dijo: «Mis personajes son más fuertes, están acá conmigo, vos sos un fantasma». Se mostraba un poco intratable usaba eso para echar a la gente, porque siempre decía que no hay nada mejor que un buen libro y cuando le impedían leer se ponía un poco… Leía a Faulkner, más que nada, Proust, Céline, Hemingway, Sartre, Camus… No le importaba ser o no reconocido. Escribía todo a mano. Bueno, el periodismo, a máquina. Pero escribía cada letra. Por eso no corregía, porque le daba tanto tiempo para pensar y escribía tan lento que ya sabía lo que quería escribir. Había una sensualidad en la escritura. Era un hombre de hogar, era signo de cáncer, era muy hogareño. Lo que le importaba era el gozo que tenía escribiendo. Si iba bien y tenía buenas críticas, mejor, miel sobre hojuela, como decía. Se recluyó en los últimos años, sin salir de casa y casi sin moverse de la cama porque tuvo un problema con una pierna; casi se muere, porque tuvo gangrena. Además, para él la cama era el lugar ideal para todo: para dormir, para hacer el amor, para leer… También para escribir. Escribía en la cama, sobre el codo, lo tenía totalmente hinchado de la fuerza que le ponía, pero con tal de no levantarse... Tenía una vida interior, una profundidad, una complejidad enorme, enorme. Por suerte tuvo una muerte muy tranquila, porque estaba casi leyendo cuando murió."

http://www.rtve.es/alacarta/videos/a-fondo/juan-carlos-onetti-fondo-1976/1066517/

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