Las nuevas víctimas del marketing han conseguido una estresada y depresiva paz espiritual, manteniendo a raya sus niveles de colesterol. A cambio sufren de diarrea monetaria y estupidez crónica reconocida (por ellos) y reconocible (por algunos). Los publicistas, incapaces de vender los productos por sí mismos, los envuelven en salud e identidad. Medicina para el cuerpo y para el alma. Elisabet Carlota (Barcelona, 1987) hace diseños de ropa: "Mi intención es acompañar al hombre actual en la búsqueda de su identidad a través de una ropa que le permita ser él mismo, potenciando su fortaleza y acompañando su sensibilidad". Elisabet es como Buda, Sócrates o Epícteto. Gracias a Elisabet sus clientes comenzarán a conocerse a sí mismos y lamentarán el malentendido para siempre.
