Esculpir en el tiempo

También hace arte quien lo contempla "(...) las afinidades estéticas de una persona en muchos casos dicen mucho más sobre la propia persona que sobre la obra de arte en sí (...) Una persona capaz de gozar del arte limita el campo de sus obras predilectas. Y lo hace por sus tendencias naturales. El omnívoro, el devorador de arte, es sólo el mediocre”. Se trata de despertar una intuición, una poesía, de sentimientos abstractos ajenos a las concatenaciones lógicas que banalizan la complejidad del mundo. Una manera de dirigirse al inconsciente. El puro juego intelectual no puede ser la meta del arte. "Toda persona tiende a creer que el mundo es lo que ve y percibe". El mundo tiene el tamaño de tu espíritu. La diferencia abismal entre arte y entretenimiento: “Allí donde alguien se orienta deliberadamente por el público, estamos ante un producto de la industria del entretenimiento, ante shows y espectáculos de masas, nunca ante el arte (...) Quien quiere gustar a sus espectadores y adopta sin más los criterios y el gusto de éstos, en el fondo no tiene ningún respeto por ellos". Una forma de prostitución. El elitismo del arte -si se consideran élites las minorías-: “Pero volvamos a aquella minoría de público que espera impresiones estéticas. Volvamos al espectador ideal, en quien inconscientemente se apoya cualquier artista de cine y en cuya alma sólo despertará un eco si la película refleja una vivencia realmente vivida y sufrida por el autor. Tengo tal respeto por el espectador que no puedo engañarle: tengo confianza en él y por eso me he decidido a contarle sólo aquellas cosas que para mí son las más importantes, las más valiosas". El público masivo es generalmente perezoso. El arte como religión, de lo bueno y de lo bello, de la ética y de la estética, de la verdad, enfrentando al hombre con su interrogante. La imagen artística como símbolo, algo finito que trata de representar lo infinito, “soy un adepto de aquel arte que porta en sí el ansia de lo ideal, que tiende hacia éste. Estoy a favor de un arte que dé al hombre esperanza y fe. Cuanto más desesperanzado es el mundo del que el artista extrae su material, más claramente hará que se sienta el ideal contrario: si no es así, no vale la pena vivir (...) el alma ansia armonía, mientras que la vida está llena de disonancia. En esta contradicción se halla el estímulo para el movimiento, pero también la fuente de nuestro dolor y de nuestra esperanza. Es esa contradicción la confirmación de nuestra profundidad interior, de nuestras posibilidades espirituales (...) Del hombre me interesa, sobre todo, su disponibilidad para servir a algo superior, su rechazo, su incapacidad de conformarse con la «moral» normal del aburguesado (...) No escondo ante el espectador intenciones especiales ni me dedico a jugar con él (...) el arte siempre ha sido un arma en la lucha del hombre contra la materia, que amenaza con devorar su espíritu. No es casualidad que el arte, en los dos milenios de historia del cristianismo, siempre se haya desarrollado en las cercanías de las ideas y principios de la religión. Ya por su mera existencia está promoviendo dentro del hombre, un ser disarmónico, la idea de armonía". La voluble naturaleza del hombre. ¡Conócete a ti mismo y asústate! En STALKER "cuando nuestros protagonistas llegan al fin a su meta, tras haber vivido muchas experiencias, tras haber reflexionado mucho sobre sí mismos, no se deciden ya a traspasar realmente el umbral de aquella habitación, hacia la que se habían puesto en camino bajo riesgo de sus propias vidas. De repente han sido conscientes de que su estado moral interior, en el fondo, es trágicamente imperfecto. No han encontrado dentro de sí fuerzas morales suficientes como para creer en sí mismos. Su fuerza tan sólo ha bastado para dirigir una mirada hacia dentro de su propio ser. Y sólo eso ya les ha asustado profundamente”. “SOLARIS trata sobre gente perdida en el cosmos que son obligados, les guste o no, a subir un peldaño más en la escalera del conocimiento en su afán de conocer cosas nuevas. Este afán de saber muestra aquí al hombre desde fuera, es a su modo algo realmente dramático, puesto que se ve acompañado de cierta intranquilidad y de carencias, de dolor y decepción, pues la verdad última es inalcanzable. A ello se añade que al hombre le ha sido dada una conciencia, que empieza a atormentarle en cuanto su comportamiento es contrario a las leyes morales. También la existencia de la conciencia es, en cierto modo, algo trágico". NOSTALGIA, “una película sobre un hombre ruso que ha perdido completamente su órbita y sobre el que las impresiones se precipitan como un torrente. Pero, y esto es lo trágico, no puede comunicarlas a las personas cercanas, y fatídicamente tampoco puede unirlas al pasado, del que depende hasta la última fibra de su ser (...) la acción externa, las intrigas y la conexión entre los acontecimientos no me interesan para nada, y que en cada película me van interesando menos. Lo que realmente me preocupa es el mundo interior de las personas (...) En Nostalgia quería dar continuación a mi tema del hombre «débil», que en cuanto a sus características externas no es un luchador, pero que para mí es un vencedor en la vida. (...) Siempre me han gustado las personas incapaces de adaptarse a la realidad pragmática”. En  SACRIFICIO, el protagonista "No es un héroe; es una persona que medita, un hombre sincero, capaz de sacrificarse por sus más altos ideales. Cuando la situación se lo reclama, no escapa a su responsabilidad o intenta traspasarla a otros. Se arriesga a sufrir la incomprensión de los demás, pero actúa no sólo con decisión, sino con algo así como autodestructora desesperación. Aunque sabe que con ello conseguirá fama de loco, traspasa el umbral del comportamiento humano «normal», «permitido», para sentir su pertenencia al todo, al destino del mundo, si se quiere. En realidad no está haciendo otra cosa que cumplir obediente la misión de su corazón, es decir, no es dueño, sino tan sólo servidor de su destino”.



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