Contradicciones✔️
El deseo perdido. La filosofía es lo indirecto. El dolor es lo directo. La felicidad es lo onírico. Lo normal es el hastío, el tedio, lo aburrido. No es igual perder el deseo que perder un deseo. El hombre desea desear y, cuando no puede, se acaba el sentido de su vida. Los valores, los deseos y el sentido son lo mismo. No se puede decir que la vida no tiene sentido y luego decir te quiero. El deseo es siempre de otra cosa. Nada nos satisface plenamente.
Y todo deseo es una limitación. Son las limitaciones las que conforman la individualidad. Fomentar tu individualidad significaría potenciar tus limitaciones.
La conciencia es el pecado original, una mancha en la nada. La conciencia verdadera nada llena, sólo es perplejidad, una percepción lúcida del desorden. Hay un remedio que elimina la perplejidad: la alienación grupal, la normalidad, el sentido común, la moda, o lo que es lo mismo, el aburrimiento, el hastío.
Dice Cioran que cuánto menos te interesan los hombres más tímido te vuelves ante ellos, y en vez de despreciarlos te pones a balbucear. Por eso yo ya no puedo hablar, yo ya no vocalizo.
Que la vida es un espectáculo es uno de los motivos por los que no hay tantos suicidios. Como en una película, no queremos perdernos el final. Sólo se suicidan los que, con asiduidad, salen del cine antes de terminar la película. Es su forma de entrenar.
¿Por qué el optimismo carece de credibilidad? Quizá porque los optimistas no suelen ser poetas y terminan fácilmente en los brazos de la cursilería.
Entender significa apuntalar prejuicios. Descubrir significa sustituir prejuicios. Fracasar significa destruir prejuicios sin ninguno de recambio. Al tiempo. Una verdad filosófica dura hasta que disminuyen tus niveles de azúcar en sangre.
Pero gracias a mi voluntad y fuerza de carácter pude desviarme de mi destino A y llegar al B. En realidad, todo estaba preparado para llegar al B. El A solo fue imaginado. Esta diferencia se denomina libre albedrío.