Espejos del yo


Se trata de una obra colectiva que explora conceptos clave de la psicología de Carl Gustav Jung. El libro profundiza en los arquetipos, que representan la totalidad psíquica y la integración de los opuestos. La individuación, como proceso de autodesarrollo, es el camino hacia la realización del sí-mismo, enfrentando sombras, ánima o ánimus. El inconsciente colectivo, compartido por la humanidad, es la fuente de estos patrones que se manifiestan en mitos, sueños y símbolos. En esencia, el libro invita a un viaje introspectivo para descubrir la autenticidad del individuo mediante la confrontación con el inconsciente y la integración de sus aspectos. Las imágenes arquetípicas dan forma a nuestras vidas. Lo valioso de los mitos, no está destinado a la resolución de problemas, sino para «imaginar, cuestionar, profundizar». Abrirnos a la misteriosa claridad. Así, el ego que tiene sensación subjetiva de libre albedrío, es el sujeto de todos los movimientos adaptativos. La identidad egoica es una psicología politeísta, pues «ego» refleja un arquetipo entre varios posibles. La necesidad de insistir en lo que tenemos de especial es algo que compartimos con casi todo el mundo. 

La persona es la máscara que usamos en el teatro de la vida. Simple simulacion. Tenemos muchas, siempre relativas al contexto social en el que estemos. Representa las adaptaciones a las distintas realidades contextuales. Es el reino de las costumbres, la moral y los discursos hegemónicos, donde la influencia se confunde con opresión, y la emancipación es vista como un rechazo rebelde o una incapacidad de aceptar cualquier requerimiento o adaptación colectiva, como los que culpan de todos los males a la propiedad, la cultura o al capitalismo neoliberal. Para estos nostálgicos del Pleistoceno, sería conveniente recordarles que es absurdo idealizar culturas primitivas con la suposición de que no tienen ningún tipo de saco con detritus, Rousseau. Pues la sombra es el yo rechazado, los aspectos reprimidos o negados de la personalidad. Integrarla es esencial, ya que ignorarla genera conflictos internos y proyecciones externas. Es mister Hyde, todos aquellos aspectos de nosotros mismos que hemos ignorado y rechazado, nuestra rabia, sexualidad o fragilidad. Jung sugiere que la sombra es un equivalente muy próximo del inconsciente reprimido de Freud y de lo que él llama «el inconsciente personal». Es probable que empecemos a encontrarla proyectada en alguien del mundo exterior hacia quien tenemos sentimientos exageradamente negativos. Las diversas culturas llenan el saco con diferentes contenidos.  

En definitiva, los autores analizan cómo los arquetipos, las imágenes primordiales universales, moldean la psique, pero el resultado es desigual y, en conjunto, bastante insatisfactorio. 






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