Diario de Andrés Fava

Me espera una cola de al menos media hora. Abro el libro: frente a los incidentes nimios procuro refugiarme en la metafísica, intentando observarme desde fuera, desde una presunta objetividad, como una conciencia de totalidad, ridícula, al fin.

La señora de delante habla por teléfono y dice que no puede expresar lo que piensa; burda excusa, me parece, pues se piensa con palabras. Otra cosa sería tratar de expresar lo que siente.

Leo: El hombre es el animal que hace inventarios. Este blog es uno de ellos.

Miro a mi alrededor. El hombre solo es feliz si ama sus actos.

Leo: El sueño es solo una clasificación diurna; quizás soñamos noúmeno y recaemos en el fenómeno al despertar. La mariposa de Chuang Tzu.

Escucho la conversación de la pareja que espera detrás de mí: Delante de algunas gentes hay que hacerse el idiota para que no le tomen a uno por idiota. No, no han dicho eso. Eso lo he leído. Lo que decían era indecente.

Observo a los empleados: la religión del trabajo, el nuevo deporte.




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