Manual para embaucadores, de Walter Serner


Escribe Vila-Matas:

[...] no es necesario que tengamos una opinión de todo y que lo más probable sea que hasta exista un derecho a no tener opinión alguna. Recuerdo que en Babaouo Salvador Dalí atribuyó al emperador Marco Aurelio estas palabras: “Hoy he dejado de tener cualquier tipo de opinión sobre lo que sea”. 

Tiene que ser relajante pronunciar una frase así. Lo pensé ayer cuando me animó saber que Fernando Pessoa no se fiaba ciegamente de sus propias opiniones, ni estaba plenamente de acuerdo del todo con sus propios pensamientos. Y me acordé de la manía de los vanidosos de hablar con sentencias, con un dogmatismo que no deja lugar a la más mínima matización. Tal vez por esto, la semana pasada me dediqué a estudiar la zona más intrincada del mundo teórico de Walter Serner (Manual para embaucadores), la zona en la que especuló con un futuro en el que no habría ninguna opinión, sólo hechos que se sucederían a tal velocidad que ni habría tiempo para comentarlos.

Me imagino a Vila-Matas estimulado por la frase del embaucador, pero incapaz de defender la literalidad de lo escrito. Le veo encontrar una solución propia de embaucadores: escribir la palabra 'hechos' en cursiva, reconociendo explícitamente que lo que la sentencia dicta es lo contrario de lo leído, que lo que nosotros percibimos como hechos no son tales, sino meras opiniones más o menos fundamentadas sobre ellos. Las paradojas suelen ser un tema recurrente en su obra, que a menudo juega con la ambigüedad entre lo que se percibe como verdad y lo que es mera interpretación. La cursiva en hechos subraya esa sospecha: lo que llamamos hechos no son más que realidades filtradas por nuestras percepciones y prejuicios. Vila-Matas, con su estilo ensayístico y fragmentario, invita siempre a cuestionar la solidez de lo real, donde el verdadero peso de un pensamiento está en una simple cursiva. 

Manual para embaucadores, escrito por Walter Serner (1889-1942), es una obra dadaísta que tiene 100 años y, por tanto, es plenamente vigente. Un escritor y ensayista alemán de origen judío que huyó de la persecución nazi ejecutado en el campo de concentración de Theresienstadt en 1942. Un espíritu cínico, transgresor y anárquico, crítico de la hipocresía burguesa, las convenciones sociales y la moral establecida, mientras celebra el engaño como forma de liberación y supervivencia en un mundo absurdo. Escrito en un estilo fragmentario, ataca las ilusiones modernas, en una actitud amoral y nihilista que no casa bien con su triste asesinato inmoral. El bien puede ser líquido, pero el mal es sólido. Sus aforismos forman un "código moral" juguetón para el amoral, con reglas de comportamiento para delincuentes y no sé si genocidas, enfocadas en la manipulación social, el engaño cotidiano y la supervivencia sin escrúpulos. Allí esta escrito: "el mundo desea ser engañado" o el "No dramatices nunca, simplifica siempre". ¿Se podrá hacer esto a las puertas de una cámara de gas? Sobran opiniones, faltan cursivas.

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