¿Por qué el materialismo es un embuste?, de Bernardo Kastrup
En este ensayo filosófico, Bernardo Kastrup, doctor en filosofía, ingeniería informática e inteligencia artificial, critica acertadamente el paradigma materialista dominante en Occidente que sostiene que la realidad está compuesta únicamente por materia y que la conciencia es un producto del cerebro. El autor cree que el materialismo es incoherente y propone el idealismo metafísico como una alternativa más consistente para explicar la realidad. La idea de que la conciencia surge de la materia (el cerebro) es algo que no discute ni el sentido común ni el discurso científico dominante, incluso entre psicologos, psiquiatras y divulgadores. Pero el materialismo no puede resolver el "problema difícil de la conciencia", ese término acuñado por David Chalmers, o cómo los procesos físicos objetivos generan experiencias subjetivas. El materialismo incurre en contradicciones epistemológicas al asumir que la realidad externa existe independientemente de la mente, sin explicar cómo accedemos a ella sin la mediación de la conciencia.
En lugar del materialismo, Kastrup propone que la conciencia es la base fundamental de la realidad, y la materia es una manifestación de la mente. Pero cuando usa la metáfora del remolino en el agua y habla del cerebro como un remolino, me pierdo. Para explicar que el cerebro está en la mente y no la mente en el cerebro, no debería acudir a metáforas materialistas como la del remolino o la vibracion de las cuerdas.
La conciencia es la realidad primaria. Todo lo que experimentamos, incluidos los fenómenos físicos, es una representación dentro de la conciencia. Su idea de mente universal se alinea con el idealismo filosófico, pero no veo que encuentre apoyo en observaciones de la física cuántica, que sugieren que no existe una realidad independiente del observador.
Cuando el autor inventa metáforas para explicar conceptos complejos, no puedo evitar pensar en la materia como una alegoría demasiado perfecta. Comparar el cerebro con un receptor de radio que sintoniza experiencias dentro de un campo más amplio de conciencia, en lugar de generarlas no sé si ayudan a ilustrar cómo la conciencia modela nuestra percepción de la realidad, sin necesidad de suponer una materia independiente.
El libro desafía el consenso científico materialista, pero aunque es eficaz en la crítica fracasa cuando propone su cosmovisión idealista. Yo prefiero la de Berkeley,
El libro es provocador, claro y accesible cuando critica, y como suele ser habitual, es oscuro e impreciso cuando propone. Kastrup combina un rigor lógico muy eficaz para apreciar inconsistencias, pero no aplica el mismo criterio cuando apasionadamente, con toques de arrogancia, propone su inconsistente aparato teórico: un idealismo que deja preguntas abiertas, paradojas y una sensación de estafa.
En conclusión, ¿Por qué el materialismo es un embuste? es un embuste que no aclara ni aporta nada. Repensar la relación entre mente y materia merecería una mente más preclara. Aunque desmonta correctamente las suposiciones del materialismo, acaba sucumbiendo a nuevas suposiciones sin sonrojarse.










