Normalidad

Aún sigo mudo y me hago fuerte en el silencio, leyó.  Durante el confinamiento, había dejado de verse como una persona especial. La sucesión de días normales, uno tras otro, que al principio le parecieron sin categoría para su excelso arte de vivir, le fue sumergiendo en la blanda barriga de la campana de Gauss. El único sentido del ser humano es dormir, pensó. Mientras, se rascaba el ombligo con parsimonioso placer.



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