Traducciones de poesía y trampatojos
«Las traducciones de poesía nos desilusionan siempre como las fotos que hicimos en el trópico: falta el calor tórrido, el hedor, los perfumes, la humedad, los sonidos recalcitrantes», escribe Andrés Ibáñez. Pasa como con el perverso doblaje de las películas. Quién pone más en el personaje, Bruce Willis o Ramón Langa. «Ezra Pound afirma que hay tres componentes en la poesía: el conceptual, el visual y el musical, de los cuales el último es imposible de traducir, el segundo se puede traducir con relativa fidelidad y el primero es fácilmente traducible». Traducir un poema es escribirlo de nuevo, un trampatojo.