Se mofan de mí

Ayer acudí, como cada año, apesadumbrado y colérico, a la reunión de la comunidad de vecinos. Se votó, casi por unanimidad, la decisión de expropiarme la vivienda para dedicarla a club social. Yo me opuse indignado. ¿Dónde viviré yo ahora?, les pregunté suplicante. Además, el estatuto de la comunidad no recoge, que yo sepa, este tipo de acuerdos. Ellos me contestaron que ese era mi problema y que el bien común es mucho más importante que la situación particular de un mediocre aburguesado. Fui expulsado de la reunión entre insultos de antidemócrata. No puedo vivir así: mis familiares y amigos se ríen de mí y me dicen que soy un ingenuo, que me han timado y no me he dado ni cuenta. He pensado en mudarme a Cataluña, allí estas cosas no producen indignación, se toman con mucha naturalidad y así podré vivir sosegadamente, sin que al menos nadie se mofe de mi triste suerte.

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