Todo poeta hurta necesariamente de otro poeta; todos somos igualmente viles, pero mi hurto es menos perjudicial porque se descubre con mayor facilidad. Desde toda perspectiva cada hombre es para sí mismo el centro y el mundo entero se centraliza en él, en permanente humildad e idéntico orgullo. La mitad de los hombres se cree autoridad, siempre mediatizada por la locura conjunta. Toda interpretación es hybris si no se admite su condición. La literalidad es la interpretación más arrogante. Vivir es interpretar. Los ilustrados creyeron que la ciencia los pondría en contacto con la verdad. Nunca lo estuvieron. Cuando los posmodernos denunciaron tal arrogancia, los llamaron relativistas de la posverdad, confundiéndolos con mentirosos. Llamemos a eso desconocido Dios. Esto que le damos es solo un nombre, pero le añadimos atributos deseables. Querer probar que eso desconocido y deseado (Dios) existe, apenas se le ocurre a un bobo. Hegel no es un gigante saltando montañas, sino un enano que pretende llegar al mismo lugar saltando a través de sus silogismos. Es como Spinoza, alguien que confundió la filosofía con la geometría: si uno no está de acuerdo con las definiciones de la página uno, se ahorra tener que leer todo el mamotreto posterior.
