Ridiculeces o populismo
Desde el principio asistí incrédulo al discurso ridículo de un partido político ridículo liderado por un personaje ridículo. El cénit de la ridiculez lo resume brillantemente Daniel Lacalle: «Lo preocupante es que el nivel de adoctrinamiento pueda llegar a tal extremo que alguien tenga que pedir perdón por tomarse una Coca Cola».
O tener que dar explicaciones por vender un piso a un precio más alto del que se compró, como «hacen los especuladores capitalistas».
Desafortunadamente, existen numerosas ridiculeces que no son tan evidentes y solo son perceptibles por personas más preparadas. Es en esa zona donde despliegan las ridiculeces verdaderamente peligrosas.
O tener que dar explicaciones por vender un piso a un precio más alto del que se compró, como «hacen los especuladores capitalistas».
Desafortunadamente, existen numerosas ridiculeces que no son tan evidentes y solo son perceptibles por personas más preparadas. Es en esa zona donde despliegan las ridiculeces verdaderamente peligrosas.