Locuciones de la Sibila


El 26 de septiembre de 1892, en Moscú, nació Marina Tsvietáieva, justo en la época de hambruna que sacudió a Rusia. Vivió las revoluciones de 1905 y de 1917 y también la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. En 1922 se exilió en Praga y más tarde en París. Regresó a la URSS en el período del gran terror. Cuando se produjo la invasión nazi fue evacuada a Yelábuga, donde se quitó la vida en 1941.

Son dos las posibles biografías del ser humano: a través de los sueños que él mismo sueña, y a través de los sueños que a cerca de él sueñan los otros.

Hasta los cuatro años, según testimonio de mi madre, yo solía decir únicamente la verdad, después, claro está, enseguida caí en la cuenta…

La verdadera personalidad nunca se atribuye nada a sí misma, en tanto que - es indudablemente justa. El alma se alimenta de todo, en especial de las pérdidas.

Lo afirmo: ¡es el «no puedo» y no el «no quiero» el que forja a los héroes! Mi «no quiero» - siempre es: «no puedo». En mí no hay arbitrariedad.   

Qué pena siento por Cristo! ¡Qué pena me da Cristo por sus milagros forzados! ¡Cristo que había venido a mover montañas con la palabra.

Estoy convencida de que Juan a Cristo no le pedía milagros.                 

Los dioses se vengan de sus semejantes.                

El sacerdote es un obstáculo entre Dios (los dioses) y yo.              

El heroísmo va contra natura. Amar al rival, dormir con un leproso. ¡Cristo —es el principal ejemplo— como predicador del heroísmo!

La lírica aclara lo oscuro, pero oculta lo evidente. Cada verso es una locución de la Sibila, es decir, es infinitamente mayor de cuanto haya podido decir la lengua. Los acontecimientos alimentan, pero también dificultan, y en el caso de un poeta lírico, dificultan más de lo que alimentan. Los acontecimientos alimentan sólo a quien está vacío (hueco, vaciado, temporalmente desocupado), dificultan a quien está saciado.

Todo libro - es un hurto a la propia vida. Cuanto más lees, menos sabes y menos quieres vivir por ti mismo. ¡Eso es terrible! Los libros resultan ser - la muerte. Quien lee mucho no puede ser feliz. Pues la felicidad se da inconscientemente, la felicidad es únicamente inconsciencia.

El poeta: un cierto orden espiritual y un cierto don verbal. Un poeta sin versos (o sea sólo un orden espiritual) - no es un poeta. Los versos sin el poeta (o sea, nada más que el don verbal) - son simplemente una estrofas que riman.

Hay que escribir solamente aquellos libros de cuya ausencia se sufre. En pocas palabras: los propios libros de cabecera.

Todo hace bien al poeta, incluso la monotonía (un monasterio), todo excepto la sobrecarga de la vida cotidiana que atormenta la cabeza y el alma.

El arte no es un objetivo en sí mismo: es un puente, y no un objetivo.                 

Entre el cielo del espíritu y el infierno de la especie, el arte es el purgatorio del cual nadie quiere partir hacia el paraíso

A lo largo de mi vida me he enamorado y he querido todas las cosa por el adiós y no por el encuentro.

Un desconocido - es una entera posibilidad, es aquel de quien lo esperas todo.                 

Cuando a la gente, amontonándola, la despojan de su rostro, primero se convierte en rebaño, después - en jauría

La muerte es terrible sólo para el cuerpo. El alma no la razona. Por eso, en el suicidio, el cuerpo es el único héroe.

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